Nos ponemos "del revés"
Abro mis participaciones en este, vuestro blog, con un pequeño análisis de la película "Del revés". Intentaré no hacer spoilers...
Cuando un psicólogo escucha hablar de una película (o serie) sobre las emociones, el cerebro y su funcionamiento o cualquier otra cosa relacionada con la Psicología, nos echamos a temblar (o por lo menos yo).
Suelen estar llenos de errores y conceptos exclusivamente Freudianos (aunque esto puede ser culpa de que es la vertiente que siguen mayoritariamente en los EEUU y la rama más conocida a nivel popular). Sin embargo, es una suerte de fábula o de cuento moderno que lleva a la mayoría de las personas la formación y consolidación de recuerdos y la importancia de las emociones en este y otros procesos como el desarrollo de la personalidad.
Es una película que merece la pena ver a todas las edades. Los niños disfrutarán de los diferentes personajes y los mayores verán en ella una forma de hacer llegar a los niños la importancia de las emociones. Las partes más divertidas, a mi juicio, de la película son aquellas en las que podemos entrar en las mentes de los demás humanos y ver qué emociones predominan en cada una. Y estas escenas son completamente necesarias en una película que a veces puede pecar de demasiado profunda. Las emociones son un concepto difícil de explicar y plasmar con eficiencia de por sí, y ya explicar cómo nos afectan a la hora de la formación de recuerdos, más.
Obviamente no son sólo las emociones que aparecen en la película las únicas que hay, pero reflejan la mayoría de las más importantes (a excepción de "asco", que creo está mal traducida o refleja un concepto que no buscaban transmitir). El miedo, la ira, la felicidad y la tristeza dominan nuestros recuerdos y personalidad, pero no así el asco, que podría haber sido más bien vergüenza, prepotencia... Es como la niña "super-divina" que todos hemos conocido en clase alguna vez. Quizá es el personaje más prescindible de todo el film, pero aún así tiene su gracia. También está bien planteado el que cada emoción tenga un color, pues en países anglosajones están acostumbrados a hablar de las emociones con colores. Ellos dicen que hay días que se sienten "blue" o "red".
Otra de las cosas que, al menos a mí, cuando veo una película de (dibujos animados) animación es que exista algún "malo". Un antagonista bien definido. Pero Pixar últimamente nos tiene acostumbrados a películas en que el rol antagonista no existe, está diluido o simplemente es una entidad sin llegar a ser personaje propio. Para los niños que había en la sala el papel de "malo" parecía jugarlo el personaje de la tristeza, pero, tal y como leí en otros blogs, podríamos decir que ese rol podría desempeñarlo la felicidad. También leí que querían darle a esa tristeza "crónica" o principio de depresión que se deja entrever en la película una entidad física, una especie de monstruo/sombra que crecería a lo largo de la película, pero después de ver la película, y sin que sirva de precedentes, diré que a la película no le hace falta personaje malvado. Es más, de haberlo habido, habría sobrado.
Una de las conclusiones que se pueden sacar de la película es el aceptar todas las emociones, sobre todo a la que más tememos y menos solemos querer sentir: la tristeza. Creo que es el concepto principal de la película, el cómo no todo puede ser alegría y que la tristeza es tan necesaria como las otras emociones. También nos enseña (porque no sólo a los niños hace falta enseñar esto) que los recuerdos, o lo que nos pasa en general, no sólo está regido por una única emoción. Cada recuerdo puede tener parte de felicidad, parte de tristeza, parte de miedo... Y relegar alguna de las emociones o intentar que esta no se exprese finalmente trae consecuencias catastróficas.
Quizá no sea un clásico de Disney como pudo ser El Rey León o la reciente Frozen (por favor, dejad ya el "Let it go", que suena en todos lados y a todas horas y muere un gatito cada vez que se escucha), pero sí una de las mejores películas de animación que se ha hecho en los últimos años. Para mí ha entrado en el top 3 de películas de animación (y no, Frozen no está entre ellas).
P.D.: Ah, y no. Felicidad, aunque todo parezca indicarlo, no está doblada en la versión original por Kaley Cuoco (Penny en Big Bang Theory).
Cuando un psicólogo escucha hablar de una película (o serie) sobre las emociones, el cerebro y su funcionamiento o cualquier otra cosa relacionada con la Psicología, nos echamos a temblar (o por lo menos yo).
Suelen estar llenos de errores y conceptos exclusivamente Freudianos (aunque esto puede ser culpa de que es la vertiente que siguen mayoritariamente en los EEUU y la rama más conocida a nivel popular). Sin embargo, es una suerte de fábula o de cuento moderno que lleva a la mayoría de las personas la formación y consolidación de recuerdos y la importancia de las emociones en este y otros procesos como el desarrollo de la personalidad.
Es una película que merece la pena ver a todas las edades. Los niños disfrutarán de los diferentes personajes y los mayores verán en ella una forma de hacer llegar a los niños la importancia de las emociones. Las partes más divertidas, a mi juicio, de la película son aquellas en las que podemos entrar en las mentes de los demás humanos y ver qué emociones predominan en cada una. Y estas escenas son completamente necesarias en una película que a veces puede pecar de demasiado profunda. Las emociones son un concepto difícil de explicar y plasmar con eficiencia de por sí, y ya explicar cómo nos afectan a la hora de la formación de recuerdos, más.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVei9hlZLxtkAiCGnCy7LFto59pK6pP72IYyh-kFJssOp4RR05-IUvjXE_tM68VSvXTXCGPd2Bs1cFKfUPTMHWztKLw3EXMvtD2iry8d3RFbkMh0n1FqOgvBLD6GJc6bX_ri3Lp8VZZHNc/s320/Imagen1.png)
Otra de las cosas que, al menos a mí, cuando veo una película de (
Una de las conclusiones que se pueden sacar de la película es el aceptar todas las emociones, sobre todo a la que más tememos y menos solemos querer sentir: la tristeza. Creo que es el concepto principal de la película, el cómo no todo puede ser alegría y que la tristeza es tan necesaria como las otras emociones. También nos enseña (porque no sólo a los niños hace falta enseñar esto) que los recuerdos, o lo que nos pasa en general, no sólo está regido por una única emoción. Cada recuerdo puede tener parte de felicidad, parte de tristeza, parte de miedo... Y relegar alguna de las emociones o intentar que esta no se exprese finalmente trae consecuencias catastróficas.
Quizá no sea un clásico de Disney como pudo ser El Rey León o la reciente Frozen (por favor, dejad ya el "Let it go", que suena en todos lados y a todas horas y muere un gatito cada vez que se escucha), pero sí una de las mejores películas de animación que se ha hecho en los últimos años. Para mí ha entrado en el top 3 de películas de animación (y no, Frozen no está entre ellas).
P.D.: Ah, y no. Felicidad, aunque todo parezca indicarlo, no está doblada en la versión original por Kaley Cuoco (Penny en Big Bang Theory).
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